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El genocidio de Gaza como significante de la impunidad (y de su posible final).

Lidia Ferrari

El genocidio en Gaza es un hecho atroz y también un significante en disputa. Se tardó bastante tiempo, a pesar de las evidencias, en acordar de modo casi unánime de que se trataba de un genocidio. Por eso las primeras manifestaciones por Palestina no lo mencionaban hasta llegar a la consigna actual Stop Genocide. A diario aparecen nuevos actores, que antes restaban indiferentes o cómplices, tomar la palabra para denunciarlo. Se incorporan cada vez más desde el interior de Israel. Un poco tarde. ¿Quizás demasiado tarde? Es probable que la declaración de Netanyahu de un plan de ocupación de Gaza (como si no lo hicieran de facto) no sea más que un salto adelante frente al in crescendo exponencial de reprobación al Genocidio que está conduciendo. Pero con solo declaraciones no se puede parar este infierno. 

Genocidio es solo una palabra. Si, cuando la polémica sobre lo que sucede en Gaza es cuestión semántica, es sólo una palabra. Quien hoy contesta que no se trata de Genocidio en Gaza está asumiendo una posición muy concreta. Quizás hace unos meses se podía tratar de una discusión técnica. Hoy no. Entonces Genocidio es una palabra que dice mucho. Cuando la enarbolan cientos de millones de personas para clamar Stop Genocidio es mucho más que una palabra. Una palabra grito. Pero si esa palabra grito no llega a desactivar el Genocidio será sólo una palabra. Este es el campo trágico en el que la humanidad se encuentra. ¿Como desactivar lo que no parece poder desactivarse? Lo que sucede en Gaza es una ignominia: no tiene nombre. También ignominia en la Biblia nombra una condición de vergüenza e infamia públicas. La palabra genocidio no alcanza a nombrar lo que nos deja sin palabras, nos tiene mudos del horror. ¿Por qué no alcanza la palabra? Para Alessandro Volpi es mucho más que un genocidio lo que ocurre en Gaza pues se trata de una situación única profundamente trágica: el exterminio deliberado de una población y el apoyo al verdugo. El clamor colectivo Stop Genocidio de millones de almas expone el oprobio de un Poder supremacista y nazi que pretende no sólo exterminar a los palestinos, sino también remedar la solución final nazi como parte de una pretensión imperial de dominación mundial. En ese exterminio se juega no solo el destino del pueblo palestino sino el de todos nosotros. La pretensión de ocupar territorios para lo cual es preciso acabar con sus previos ocupantes nos mira a los argentinos. Que Israel no logre su objetivo de ocupación es crucial también para Argentina. 

En una entrevista al coreógrafo israelí Ohad Naharin poco tiempo después del ataque de Hamas del 7 de octubre se habla del horror de esos días. La causa de lo que sucedía estaba toda condensada en esa fecha. Pero ha caído la coartada de escudarse en ella para aprobar el genocidio. Como pretexto quedó al desnudo. Más aún después de que el soldado Shalom Sheetrit testimoniara en el parlamento de Israel que le dieron orden de no patrullar cierta zona el día 7 de octubre. Hace un par de días artistas e intelectuales israelíes, incluido Ohad Naharin, dicen explícitamente que “la hambruna en Gaza es vergonzosa y solicitan sanciones drásticas contra Israel”. Expresan su vergüenza, rabia y agonía ante la difícil situación de los palestinos y demandan acción a nivel internacional.

Es una de las gotas de este mar inmenso que son las manifestaciones, las voces, los gritos que recorren el planeta exigiendo terminar con el genocidio en Gaza. Hasta dirigentes cómplices como Merz y Macron se ven llevados a decir que van a reconocer el estado de Palestina (hipócritamente), porque la presión de la comunidad es muy fuerte.

El primer genocidio transmitido en directo ha tenido la función de impermeabilizarnos acerca del horror, se ha escuchado decir, pero también ha hecho llegar a todo el mundo las imágenes de ese horror, de una colosal crueldad. Se decía que la invasión en Irak era la primera guerra virtual, sin muertos. Ahora vemos descarnadamente el terror que aplican colonos y soldados israelíes con toda impunidad sobre el asediado e inerme pueblo de Gaza.

Es la impunidad, a mi modo de ver, la clave de lo que sucede allí y en buena parte del planeta. Geopolíticamente el centro de esa impunidad está siendo protagonizada por Israel y Usa que desconocen tratados, acuerdos, leyes, organizaciones del derecho internacional. Esa situación de excepcionalidad en la que se ponen amenaza consolidar una situación post jurídica en el orden internacional. Por eso se reclaman sanciones económicas, aquellas que pudieran afectar en serio este estado de hecho de un más allá de la ley.

Pero las masivas manifestaciones en todos los rincones del mundo, las banderas palestinas ondeando en los sitios más remotos, la creciente ola de indignación y resistencia internacional a este orden de cosas, incluso al interior de Israel, pueden llegar a construir una alternativa político-mediático-ética generalizada desde un conglomerado de ciudadanos del mundo para poner fin a este genocidio. Quizás sea lo único que pueda detenerlo. Sería la construcción de una hegemonía narrativa construida a partir de las voces de los ciudadanos de a pie.  Todas las voces unidas en ese grito, la de quienes no tenemos poder, sería una gran enseñanza.

Si los palestinos no sobreviven, no sobrevivirán tantos pueblos a la codicia de los supremacistas que se quieren apropiar de la mayor porción del mundo que puedan. Se consolidaría la idea de que no hay límite a los que actúan impunemente. El Poder puede ser impune y cuando actúa con impunidad construye más Poder. Poder e impunidad se realimentan entre sí.

Si el gobierno de Israel lograra su propósito de exterminar a los palestinos y ocupar definitivamente sus tierras, sería una calamidad histórica de la cual sería difícil predecir sus nefastas consecuencias.

 

 

 

 


OpenEdition le sugiere que cite este post de la siguiente manera:
#LacanEmancipa (7 de agosto de 2025). El genocidio de Gaza como significante de la impunidad (y de su posible final). #Lacanemancipa Revista de la izquierda lacaniana. Recuperado 12 de noviembre de 2025 de https://doi.org/10.58079/14gqm


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4 Respuestas

  1. Nadia Hebaz dice:

    Muchas gracias.
    Soy profesora en Túnez. Me gustaría traducir su texto al francés para la ONG con quien doy clases de lenguas on linea por los estudiantes gazatíes. La ONG se llama Academic Solidarity with Palestine (https://academicsolidaritywithpalestine.org/). ¿Me lo permite usted?
    Nadia Hebaz.

    • #LacanEmancipa dice:

      Muchas gracias Nadia,
      Por supuesto que lo puedes traducir al francés. Doy la autorización para actividades sin fines de lucro.
      Nos gustaría tener la traducción al francés si fuera posible.
      Gracias por el interés,
      Saludos cordiales,
      Lidia Ferrari
      Comité de redacción de la Revista Lacan Emancipa

  2. Leire Frisuelos dice:

    “Estimado bloguero, esta entrada se ha seleccionado para ser destacada en el slider del portal hispanohablante y del portal general hypotheses.org. Un saludo del equipo de es.hypotheses.”.

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